Gottland, de Mariusz Szczygiel comentado por Luis Rodríguez
Gottland
Mariusz
Szczygiel
Trad.
María Dolores Pérez
Ed.
Acantilado
258
pag.
Comentario de Luis Rodríguez:
Existen dos partes del mundo que
siempre me han atraído: los territorios bañados por los mares Negro y Caspio, y
Checoslovaquia. Es un interés de origen oculto que no ha decrecido a medida que
he venido leyendo cuanto caía en mis manos sobre ellas. No conozco la primera y
estuve un par de días en Praga, así que no tiene nada que ver; además, la
curiosidad es anterior.
Consecuencia de esto, hace poco leí HHhH, el excelente libro de Laurent
Binet, que me viene bien para hablar de Gottland. Seguramente conocemos los dos
por sus premios, el primero obtuvo el Goncourt, Gottland el premio Libro Europeo 2009.
Los dos son jóvenes autores que vivieron en Praga, uno francés, el otro polaco,
y ambos se sirven de un recurso narrativo frecuente en la actualidad y con buena
acogida (en España disfrutamos la excelente Soldados de Salamina de Javier
Cercas). Binet noveló el atentado de Jozef Gabcik y Jan kubis a Heydrich, jefe
de la Gestapo, llamado “el carnicero de Praga”, y se introdujo a sí mismo,
contándonos el proceso de escritura, en la propia novela. El texto es muy
interesante y en ningún momento las dos vías abiertas en el texto merman la
potencia de la historia cardinal.
Mariusz Szczygiel (Zlotoryja, Polonia,
1966), fue corresponsal en Praga de la Gazceta Wyborcza, periódico polaco de
gran tirada. Gottland son 17
historias, que son 17 reportajes que pueden considerarse 17 cuentos. Mariusz
utiliza recursos de este tiempo como la narración fragmentaria y la frase corta
para hablarnos de Gottland, en realidad Checoslovaquia. Nos habla de la familia
Bata, creadora del imperio del calzado, una estrella de cine que sedujo a
Goebbels, Kafka, claro, la Carta 77, Eduard Kirchberger, Vladimir Pergler o la
construcción de la estatua de Stalin más grande del mundo. Mariustz (escribo
solo Mariusz para que no tengáis que pronunciar el apellido al leerlo) nos
ofrece un retablo construido con minuciosa documentación que, extraña y
asombrosamente, parece una caricatura, aunque sea la verdad desnuda, o
seguramente por eso. El propio Mariusz concluye el libro diciendo que tiene la
impresión de que en el mundo de hoy pasan tantas cosas que no hace falta
imaginarse nada, y eso es precisamente este libro, un texto que parece ficción,
pero no lo es, bien al contrario.
Recomiendo el blog de Roberto Valencia
donde, además de una excelente reseña del libro, encontrareis una entrevista al
autor.
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